Un colega publicó hace unas semanas en LinkedIn: “Actually, I don’t think most PhDs know the path in academia… they think they know.”
Esta frase se quedó almacenada en mi cabeza maquinando por muchos días dentro de la librería de frases que he recibido de mis mentores, y que he almacenado desde que empecé a estudiar Física:
“Ustedes están estudiando Física… y no han leído a Julio Verne???…”
“Una tesis de Licenciatura no debe durar más de un año“
Y la mejor de todas: “Hacer todo ese trabajo vale un Perú…”
La frase de este investigador me invitó a hacer una retrospectiva involuntaria en la cuál logré convencerme que había mucha veracidad en esa frase. En toda mi carrera he conocido a muchos doctorandos, postdocs, estudiantes de grado, y hay algo en común con todos ellos: Todos han logrado sobrellevar de una manera u otra dos situaciones en particular: una noción clara y precisa sobre lo que quieren hacer con sus vidas y una crisis existencial.
En todo este grupo de conocidos y amigos se encuentran postdocs que quieren trabajar en la industria, otros que quieren un puesto permanente de investigador, doctorandos que no quieren hacer postdoc, otros que sí, gente muy capaz que quiere tiene el potencial y el perfil de un investigador pero no le da la gana, gente que quiere pero no puede porque no se da cuenta que no tiene el perfil que se necesita, etc. Todos estos casos han sido objeto de mucho debate, incluso la revista Nature publicó en su sección Nature Carrers varios artículos sobre este tema. Por ejemplo: “A person before a PhD: understanding and combatting an academic identity crisis” o “Too many PhDs, too few research positions“.
La carrera del investigador es, desde mi punto de vista, una elección profesional poco ortodoxa en comparación de otras carreras como Derecho, Medicina o Ingeniería. En estas últimas, un estudiante en etapa de formación superior ya posee la capacidad y el conocimiento de lo que se hace en cada sub-rama de su especialidad. Por ejemplo un abogado que decide ser fiscal es porque quiere llevar a cabo la dirección de la investigación criminal y el ejercicio de acción penal pública; Un doctor especialista en Neurología es un profesional encargado de velar por la salud de las personas con problemas relacionados al sistema nervioso.
Un investigador, en cambio, se podría describir en pocas palabras como un profesional cuya tarea principal es la de generar nuevos conocimientos utilizando el método científico. Esta definición de investigador es muy general ya que “nuevos conocimientos” puede contener un amplio espectro de temas. La motivación del investigador para generar nuevos conocimientos es la curiosidad, ya sea porque lo ordinario lo aburre o porque en la mayoría de los casos, trata de explicar el mundo que lo rodea de una forma intuitiva y sencilla. En este contexto, la independencia intelectual juega un rol muy importante en el desarrollo de la carrera de un investigador, no todo está establecido como en las profesiones que mencionábamos antes. Si no se indaga lo que nos proporciona curiosidad, despierta dentro de nosotros, una ansiedad o insatisfacción que entra en disputa con la negativa de una respuesta racional a lo que observamos. Esto ocasiona que, decidir dónde investigar sea de cierta forma muy complicado. Para hacer carrera en investigación hay que encontrar un laboratorio que nos proporcione cierta libertad intelectual para indagar sobre lo que nos inquieta; se necesita además de un ambiente laboral estimulante con otros científicos que tengan una visión clara de lo que es pertenecer a un laboratorio de investigación, y que ese sentido de pertenencia beneficie al bien común a través de la escritura de proyectos, adquisición de fondos, networking, forjar colaboraciones, estar actualizado, transmitir lo investigado en conferencias, publicar, organizar eventos, tener intuición para proponer temas de investigación nuevos, …. y muchos etc.
Obviamente cuando uno hace el doctorado no se plantea todas estas inquietudes laborales ligadas a la búsqueda de alimentar la curiosidad en el ambiente adecuado. Un estudiante en formación está preocupado en sintetizar un trabajo de 3 o 4 años en 200 páginas de una tesis que serán su carta de presentación ante la comunidad científica (o no), y que hacer con eso en los años siguientes. Es ahí donde surge la crisis… Los doctorandos creen conocer o interpretan lo que es pertenecer a la Academia científica a partir de lo que le transmite su director de tesis y los demás investigadores de su laboratorio. La percepción acotada de lo que es la Academia, alcanza su maduración luego de uno o dos postdoc. Y es ahí donde empieza la búsqueda del lugar ideal donde hacer ciencia…
Un científico muy divertido dijo una vez: “Sometimes science is more art than science, Morty. Lot of people don’t get that.”
El día de ayer recibí la confirmación de que mi aplicación para la obtención de un puesto permanente como investigador ha sido aceptada. Espero que en los años siguientes pueda encontrar el balance adecuado entre arte, ciencia e independencia intelectual que me permitan seguir satisfaciendo mi curiosidad en el trabajo.
Luis Avilés Félix, PhD, Laboratorio SPINTEC, CEA-Grenoble Francia