Los pilares de los bitcoins
Quiero contarte el origen de los bitcoins y haciendo uso de ello quiero pronosticarte el futuro, porque el futuro siempre estará escondido en el pasado… Lo hermoso de los bitcoins es que nos dibuja como un mercado puede partir de la nada y crecer con el tiempo. Ha ocurrido a lo largo de la historia, con la sal, el oro, el dólar… Y continuará ocurriendo con nuevas cosas que surjan con el tiempo… pero ¿qué cosa son los bitcoins? Para entenderlo quiero narrarte lo que alguna vez un niño de 12 años imaginó cuando estaba en su habitación… Se llamaba Satoshi… O al menos eso quiero creer…
Este niño se cuestionó algo muy sencillo: “¿Qué pasaría si en un papel escribo un 1 y a un amigo le digo que eso equivale a 1 USD. Si logro convencerlo, él me dará 1 USD a cambio de mi papel, luego él buscará convencer a un tercero y si lo logra, recibirá 1 USD también. Si esta cadena continúa abarcando a todas las personas del mundo, mi papel habrá logrado su objetivo: convertirse en moneda.”
Satoshi rápidamente escribió un 1 gigantesco en un papel en blanco y salió corriendo buscando a su mamá. Se acercó a ella y le contó la idea de que quería crear una nueva moneda en el mundo y que bastaba que ella le de 1 USD a cambio de su papel. Lamentablemente no logró convencerla y regresó decepcionado a su habitación.
“¿Por qué mi madre no es astuta? ¿Por qué no acepta mi papel como moneda? De esa forma tendríamos más dinero ya que yo fabricaría más papeles con un 1 escrito en él y crecería una economía basada en mi papel… Cierto, sería necesario convencer a todos los demás, pero siendo dos ya sería un gran avance.” – se dijo aquella noche. Al día siguiente, intentó convencer a sus amigos en el colegio pero tampoco lo consiguió, uno de ellos le dijo que si él los fabricaba entonces él sería el único que se haría rico porque podría crearlos cuando quiera y no era justo para los demás. Su amigo tenía razón y ambos sin saberlo estaban comprendiendo lo que una economía centralista significaba, porque justamente la sociedad de hoy se comporta así. Los bancos centrales fabrican dinero si desean inflar la moneda o el gobierno cobra interés más altos si desean desinflarla, en ese oscuro mundo centralista, los únicos dueños y ricos del mundo son ellos. Satoshi tenía 12 años y sin saberlo ya se estaba cuestionando cosas que los adultos ni siquiera pensaban. Fue entonces que se dijo: “¡Ya sé! Fabricaré únicamente 21 millones de papeles con un 1 escrito en él y repartiré un papel a cada una de las personas. Con esto todos tendremos un papel y podremos comprarnos y vendernos cosas con ello” “¿Y cuál es la ventaja?” -Cuestionaría su amigo. “Pues ya no usaremos los dólares. Si el gobierno fabrica dólares no nos importa porque no los usaremos, haremos trueques de bienes y servicios usando mi moneda y el gobierno no se puede meter en ello.” Su amigo no entendió y posiblemente él tampoco lo hizo. Con las semanas no pudo convencer a nadie y su idea pasó al olvido creyendo quizás que sería imposible crear una moneda…
No obstante, años después sentado frente a aquella pantalla en su escritorio, recordaría el evento de su niñez. Había escrito PRINT “1” en BASIC y la pantalla le había botado un “1.” Entonces comprendió. El secreto no estaba en escribirlo en un papel sino más bien en programarlo en una PC, es decir, definirlo en un papel digital… ¿Pero cómo esto puede cambiar radicalmente el concepto? Cuando era niño no lo vio, siendo joven recién lo pudo percibir, un papel digital era un algoritmo, un código que podía tener un valor porque había un esfuerzo intelectual detrás de él. Satoshi estaba destinado a cambiar el mundo pero antes de ello tuvieron que suscitarse una serie de eventos que le permitirían definir los pilares de la moneda digital… pilares que hoy en día tienen dividido al mundo financiero pero que conforme pasen los años se conocerá el veredicto final. ¿Y cuáles son estos pilares? Aquí te los voy a contar…
El primero está escondido en los videojuegos y aunque no lo creas Satoshi se basó en ellos. Quisiera que te pongas a pensar en los videojuegos que alcanzaron mayor popularidad o en los que la gente siempre estuvo dispuesta a pagar más. ¿Qué cosa tienen en común? Los de mayor dificultad (o competitividad) justamente son los que terminan alcanzando mayor popularidad mientras que los más elaborados son los que la gente está dispuesta a pagar más. Estas dos características definen un buen videojuego y Satoshi fue consciente de ello, pero él vio algo más que pocos alcanzaron a vislumbrar. Para entenderlo, debes saber en qué consisten los videojuegos. En ellos uno tiene que vencer niveles de dificultad y conforme van pasando los niveles uno va obteniendo recompensas. Estas recompensas pueden ser muy diversas, pasando por trofeos, puntuaciones, o hasta nuevos personajes desbloqueados. Usualmente uno comienza en un nivel muy fácil y conforme avanza el juego va tornándose difícil, ¿qué consecuencia trae esto? Que las recompensas sean más valiosas. Satoshi vio aquí algo magistral sobre todo porque con el tiempo los juegos empezaban a madurar… Hoy en día te sorprenderá saber que muchas recompensas de los juegos valen más que el mismo juego, o que muchos compran recompensas por el sólo hecho de tenerlas. Puedes pensar que es absurdo porque estas recompensas no tienen utilidad en la vida real; no obstante, son estas las personas que nos guiarán a un nuevo mundo. Por eso, cuando Satoshi reflexionó en ello, se dio cuenta que la moneda digital debía comportarse como estos videojuegos. El juego de los bitcoins iba a ser como Mario Bros lo fue en los 80s o como Fortnite lo es en esta fecha. Habría recompensas, y cuanto más lejos intentases llegar, más difícil se haría obtenerlas. La idea era perfecta, los videojuegos ya eran la prueba… Pero ¿cuáles serían las recompensas? Satoshi no lo dudó, la moneda digital, el bitcoin, pasaría a convertirse en recompensa. ¡Ese era el primer pilar…!
El juego de los bitcoins se le conoce como “minar.” En vez de tener a Mario recorriendo tuberías para rescatar a la Princesa lo que se hace en el juego de “minar” es resolver extensas ecuaciones matemáticas, quien resuelve primero el problema obtiene la recompensa, y luego el juego asciende a un siguiente nivel de dificultad. Satoshi fue un genio, no hay duda de ello, porque siempre supo que no todos iban a “minar” y por tanto otros iban a estar dispuestos a pagar. Es por eso que el precio de los bitcoins crece con el tiempo, porque el juego ya está en niveles altos de dificultad y por tanto ganar bitcoins requiere mayor esfuerzo computacional, es decir, obtenerlas se hace más difícil y por ende se hacen más valiosas. Muchos en la actualidad no entienden esto, como tampoco entienden porque la gente compra en Fortnite “emociones”. Aquí no me voy a explayar, pero ya tú mismo descubrirás que en el mundo de los juegos la gente está dispuesta a pagar por recompensas que no tienen utilidad en el mundo real, simplemente ese es el camino y no lo podemos cuestionar. Pero bitcoins es más que un videojuego y por eso su precio puede crecer aún más…
Satoshi empezó a programar el juego de los bitcoins en el año 2007. Cuando lo hizo consideró 21 millones como el número máximo de monedas a crear. No podía darse el lujo de hacerlas infinitas porque entonces el juego de los bitcoins no tendría fin, y si no existe un fin entonces ya no es juego, y si ya no es juego entonces ya no se generan recompensas, recompensas que se hacen muy valiosas solamente por ser únicas. Ahora, si sólo son 21 millones de monedas, ¿acaso alcanzarían a cubrir a las 6000 millones de personas que viven en el mundo? ¿Qué opinas tú? Hoy vivimos en una economía centralista donde el dinero que fabrican en el banco es infinito, no existe una cota superior, por tanto, es posible cubrir a todas las personas que viven en el mundo, y no sólo eso, es posible hacerse millonario y luego billonario y más tarde trillonario, esto es inherente al sistema inflacionario en que vivimos, pero ¿qué pasaría si usamos monedas finitas? ¿acaso alcanzarían? ¡Claro que no! A no ser que tengan divisibilidad infinita. Y fue justamente ese el segundo pilar. Satoshi dio un giro de 180 grados para proponer un concepto que tumba a la moneda actual, pero claro, esta sólo podía nacer en el mundo digital donde la matemática infinitesimal es fácilmente verificada. Me explico, ¿cuán divisible es el dólar? La última división es el céntimo, 1/100, es decir tiene divisibilidad finita pero su cota superior es infinita, pueden existir tantos dólares como al banco se le ocurra crear, por tanto, está destinada a inflarse con el tiempo. Satoshi rompe este esquema proponiendo lo contrario, que la cota superior sea finita pero que mantenga una divisibilidad infinita, esto permite a la moneda apreciarse con el tiempo y al mismo tiempo alcanzaría a cubrir a todas las personas que viven en el mundo. Fue así que Satoshi construyó el segundo pilar, y si bien hoy en día la unidad mínima de un bitcoin es 0.00000001, esta puede reducirse aún más, en cambio el céntimo del dólar no podría volverse un milésimo porque con el tiempo en una economía inflacionaria las cosas siempre van a terminar costando más y el milésimo no valdría para nada…
Una consecuencia directa de este segundo pilar, es que al tener un número finito de monedas nadie podría replicarlas, si son 21 millones y nada más, esto otorga a la moneda una constante universal, quien intentase alterar esta constante sería detectado porque bastaría recontar las monedas que circulan en el mundo; no obstante, aún habían cabos sueltos. Por ejemplo, ¿quién se pondría a contar 21 millones de monedas para corroborar que no hay algún exceso? O lo que es peor ¿Cómo se podrían recontar dichas monedas si constantemente están fluctuando con el tiempo? Las respuestas no parecen fáciles de encontrar, pero Satoshi las pudo hallar. Primeramente concibió la idea de que para contarlas era necesario tener una cuenta comunitaria, así como tú tienes tu cuenta bancaria y sabes la cantidad exacta de dinero que hay porque hay un historial de transacciones que te dice de donde vienen o a donde van, de igual forma, si lo hacemos comunitario, todos podremos ver todas las transacciones que hay, es decir, vamos a poder contar todas las monedas y así verificar que es una constante universal. Era sencillo plantearlo, pero había un problema: Hoy en día todos guardan celosamente sus transacciones bancarias, entonces ¿cómo se atreverían a aceptar que sean comunitarias? La respuesta estaba en la anonimidad y fue justamente ese el tercer pilar. Para ser capaz de divulgar tus transacciones bastaría no mostrar tu nombre, de esa forma, no te importaría compartirlas con el mundo porque nadie te conocería. El anonimato era perfecto y era intrínseco al mundo digital. Por ejemplo, el internet tiene poder porque es anónimo y si una moneda coge el mismo concepto, necesariamente también tendrá poder. Por eso hoy en día se le puede considerar el pilar más poderoso de los bitcoins, porque ¿quién no desea pasar desapercibido cuando hablamos del dinero? ¿Quién no prefiere ocultar lo que tiene y decir que no tiene? Por eso este pilar hace temblar a los gobiernos del mundo porque lo único que basta para evitar pagar impuestos es lograr tener dinero en la anonimidad. Si bien hoy nadie lo va a admitir, los bitcoins pueden derrocar a los gobiernos del mundo y por más que los gobiernos crean que tienen el control lo van perdiendo poco a poco. Si deciden penalizar a todos los que tienen bitcoins, o deciden prohibirlo en un país, van a necesitar clausurar el internet para que este no vuelva a renacer porque el juego de los bitcoins es gratuito, y al ser juego, muchos van a querer volver a jugarlo de nuevo. Además, Satoshi tuvo la perspicacia de otorgar el código al mundo, es decir, cualquiera puede crear una moneda digital porque el código es libre para todos. Y justamente por esta razón hoy existen muchas monedas digitales, que en su conjunto son llamadas altcoins (del acrónimo: “alternativas al bitcoin”). De todas ellas muchas morirán pero algunas continuarán tal como hoy en día existen los yenes y los soles, es decir, alternativas al dólar que quizás no teniendo tanto impacto mundial pueden coexistir en armonía… Pero los gobiernos del mundo saben esto y por eso no la van a prohibir porque implicaría admitir que tienen miedo. Hoy en día la estrategia es una sola, aceptarla con recelo, imponiendo ciertas reglas para que los bitsionarios queden contentos, a fin de cuentas, sólo importa que paguen sus impuestos, lo demás ya no interesa…
Hasta aquí aún no te he explicado exactamente cómo lo logró, cómo unió las piezas, cómo ató los cabos… Sólo te he contado el pre-origen porque ahí está la esencia, en los juegos y las recompensas, en la matemática infinitesimal, en el internet y su anonimidad… Basado en este pre-origen es que Satoshi pudo desarrollar el concepto de la blockchain (cadena de bloque en español), pero antes tuvo que encriptar la información. ¿Qué es eso? Si deseas comprenderlo en detalle te invito a continuar leyendo la segunda parte de este artículo…
PARTE 2: UN MUNDO DESCENTRALIZADO
Si el texto no te quedó muy claro, te invito a ver el siguiente video que resume lo expuesto aquí:
Christian Ortiz
“Un escritor que aprendió a sumar”