*Año 2020
Hace unos meses el congresista Carlos Domínguez retiró un proyecto de ley, el cual modificaba la Ley 29517 relacionada a la prohibición de fumar en lugares públicos y la correspondiente normativa del uso de cigarros electrónicos[1]. Según el Dr. Elmer Huerta esto podría deberse a la visíta de un representante de la marca de cigarrillos Phillips Morris, la cual también fabríca un tipo de cigarros electrónicos, utilizando tabaco compactado y no solo líquido[2,3].
Cientificos.pe desea informar y sumar al debate, dando a conocer un poco más acerca de lo que ya sucede en países en donde el cigarro electrónico está posicionado desde hace más de 6 años. Deseamos evidenciar que aún no hay estudios científicos que indiquen que todos los tipos de cigarros electrónicos son altamente seguros, como lo podrían indicar los fabricantes.
Lo más peligroso según la oficina francesa de tabaquismo, es la utilización de estos dispositivos por el público más joven, pues en muchos casos representa el primer paso hacia el consumo del cigarro clásico. Siendo los más jóvenes el público directo de todas estas empresas tabacaleras [4], sería lamentable permitir que se reduzca la rigurosidad de la ley anti tabaco en el Perú, introduciendo el funcionamiento del cigarro electrónico sin tener en cuenta la evidencia científica y conclusiones parciales existentes.
Algo que nos alegra sobre manera cada vez que regresamos al Perú es poder salir y ver la poca cantidad de fumadores, esperamos que esto no cambie. A continuación el artículo, traducido al español, publicado en la revista francesa Science et Avenir por Henri-Pierre Penel.
Alternativas de alta tecnología para el cigarro clásico
Estos pequeños aparatos electrónicos (cigarrillos electrónicos) han tenido un suceso creciente con el paso de los años. Los dos tipos, la calentadora y la vaporizadora, son dos tecnologías que se enfrentan en el mercado.
Su uso es controversial; herramienta de salvación para unos, puerta de entrada para el tabaquismo para otros. Apareció en China a mediados del año 2000 y se ha impuesto en Francia. Con 3.8 Millones de cigarros electronicos “vaporizadores”, París es en efecto, el tercer mercado mundial después de US y UK segùn la empresa Japan Tobacco International. Los fumadores de cigarros tradicionales, han visto en el cigarro electrónico un producto menos nocivom pues no presenta ni alquitrán ni otro componente tóxico emitido por la combustión de tabaco.
La toxicidad exacta está todavía en debate.
En lugar del humo, se tiene ahora vapor producido por el calentamiento de líquidos. Estos líquidos contienen una dosis variable de nicotina, responsable de la adicción al tabaco, permitiendo reemplazar la sensación faltante (adicción). Los vaporizadores pueden reducir progresivamente la cantidad de nicotina consumida, de manera de generar una abstinencia también progresiva. Compuestos esencialmente de propilenglicol, y de glicerina, los líquidos encierran de esta manera también un aroma.
Los detractores del cigarro electrónico se alarman de esta moda entre el público no fumador, pues según la oficina francesa de tabaquismo, el 6% de los jóvenes de entre 12 y 14 años, ya han probado el cigarro electrónico, y 2 de cada 3 es decir el 4% de los jóvenes del total, no hubieran nunca fumado si no lo hubieran probado con el cigarro electrónico. Precisamente este es el público objetivo de las empresas tabacaleras llegadas al mercado, como la empresa americana JUUL, la cual ha barrido el 70% del mercado en US con sus productos más baratos y líquidos fuertemente dosificados con nicotina (aun no son comercializados en Francia).
Los grandes grupos de la industria del tabaco intentan dar respuesta a los detractores, proponiendo productos mucho más cercanos al cigarro común y corriente, pero con un riesgo para la salud que ellos afirman reducir, debido a la ausencia de combustión del tabaco. Un ejemplo es el cigarro eléctrico llamado “La Calentadora” de la empresa Phillip Morris.
En este caso se utiliza aparte del líquido, tabaco compactado. Estos cartuchos de uso único se parecen a mini-cigarros provistos de un filtro y son incrustados sobre una resistencia en forma de espada. Esta lleva al tabaco a una temperatura de casi 250°C provocando la liberación de aromas y nicotina, esto sin combustión, por lo tanto sin generación de productos tóxicos asociados hasta el momento.
Los minoristas proponen el paquete de 20 cartuchos a un precio comparable al de un paquete de cigarrillos clásicos. Sobre este punto el cigarro electrónico “vaporizador” queda imbatible; algunas decenas de euros por un aparato y 5€ por el cartucho de líquido equivalente a 10 paquetes de cigarros. En el futuro las alternativas al cigarro serán una mezcla (híbridos) de estas dos tecnologías.
Por lo leido en el artículo debemos reflexionar y participar del debate. ¿Nos interesa como país el permitir su libre ingreso y uso? ¿Las políticas en salud van de la mano con el uso de los cigarros electrónicos?
Nahuel Monteblanco, PhD.
Fuentes:
[2] https://elcomercio.pe/tecnologia/ciencias/cigarro-electronico-danino-tradicional-noticia-617722
[4] Articulo en Science et Avenir, Título “Alternativas de alta tecnología para el cigarro” Autor, Henri-Pierre Penel. Link y foto: http://lirelactu.fr/source/sciences-et-avenir/f29179c1-58d1-405f-968b-aece2de34a62
Foto de portada: https://fr.123rf.com/photo_70127304_jeune-femme-fumer-cigarette-%C3%A9lectronique.html